Nuevos usos y costumbres: el mate se disfruta y la yerba se composta

En colaboración con el cuidado del medio ambiente, la empresa CBSé inició una campaña para enseñar a fabricar abono orgánico a partir de la yerba y otros residuos cotidianos.

NOTICIAS POSITIVAS entrevistó a la ingeniera agrónoma Josefina Armendares, sommelier y catadora de yerba, quien explicó cómo es posible compostar en casa y transformar los residuos orgánicos en humus.

N+: -¿Cómo podemos aprovechar los residuos del mate para transformarlos en abono?

JA: -En la Argentina tomamos tanto mate y tiramos un residuo que todavía es nutritivo. Aun cuando ya no tiene sabor, todavía contiene vitaminas, aminoácidos, minerales que pueden ser muy útiles para fabricar un compost muy rico para la tierra. Por eso, desde CBSé iniciaron esta campaña para compostar los restos que a veces pasan inadvertidos, pero que nuestras abuelas conocían como ricos en propiedades para alimentar la tierra.  Y no solo la yerba, la idea es que cada vez produzcamos menos basura con el reciclado de los residuos.

-¿Se puede hacer en un departamento, en el balcón?

-Sí, por ejemplo con un tupper viejo o un recipiente de plástico para que no se degrade, como los recipientes de los helados de telgopor con tapa (y un cartel que diga Compost), es muy útil para tenerlo en la mesada de la cocina. La yerba, el café, los saquitos de té hasta con su cartoncito, o el té de hebras, y las cáscaras de las frutas -con excepción de los cítricos porque le bajan el pH a la tierra y la acidifican-; también los restos de la berenjena, la cáscara de la papa o las semillas de la calabaza (por eso es posible que crezca en ese ambiente húmedo y fértil una plantita de zapallo).

-¿Qué es lo que no debemos incluir?

-Restos de queso o de carne, todo lo que sea derivado animal, no. En el campo sí se tiraba pero en el balcón puede dar mal olor y atraer bichos.  El compost vegetal tiene un aroma láctico muy rico, a tierra mojada. La excepción es la cáscara de huevo bien picada que le aporta calcio. Cuanto más pequeño es el residuo, más rápido el proceso. Se puede romper con la mano o cortar con un cuchillo, como la cáscara de banana que es más densa.

-¿Y cuando excede el recipiente de la cocina?

-La llevamos al balcón y la colocamos en un cajoncito al que se le tapan las aberturas con tablitas o plástico. También se puede usar una maceta grande. Lo ideal es un cajón de 50×50 con un metro de altura. Y cada tanto hay que agregarle un poco de tierra de alguna maceta ya usada. Porque en la tierra hay bacterias que se encargan de acelerar el proceso. Si se pueden conseguir algunas lombrices mejor porque son supereficientes en el compostaje. Come el residuo y lo que libera va pasando a formar parte del compost.

-¿Cuánto dura ese proceso?

-En verano se acelera, en un mes ya lo tenemos. En invierno dura más, unos tres meses. Si acercamos la mano vamos a ver que sale un calorcito.

-¿Para qué lo podemos usar?

-Para las plantas que ya tenemos, se le quita una capa superficial de tierra y se renueva con el compost. Ya sabemos que está listo por el olor a tierra húmeda y porque no identificamos los pedacitos de residuos, se ve como tierra suelta, todo marrón. Cada tanto se riega pero no se tiene que anegar. Recordemos que interviene el oxígeno, es un proceso aeróbico en el que participan las bacterias, hay que revolver con una palita o sacudir la compostera. Porque si está agrumado o pegoteado, se empieza a pudrir y toma olor feo.

+ INFO: www.cbse.com.ar