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NOTICIAS POSITIVAS entrevistó a Silvia Rojo, directora ejecutiva de Fundación EcoAndina, acerca del desarrollo e implementación de tecnología solar térmica en el pueblo puneño San Juan y Oros, ubicado a seis kilómetros al sudoeste de la frontera con Bolivia y a 3800 metros de altura sobre el nivel del mar, que la ONG ha realizado con el apoyo de Allianz Argentina.
N+: -EcoAndina y Allianz han inaugurado el primer Pueblo Solar en Jujuy. ¿Qué significa este concepto?
SR: -Se trata del primer pueblo solar financiado íntegramente por una empresa, en este caso Allianz. Es una responsabilidad social muy real y efectiva por parte de una empresa que ni siquiera tiene presencia en la provincia. EcoAndina venía trabajando en 35 pueblos pero como en un rompecabezas. Así conceptualizamos la idea de pueblo solar y realizamos un proyecto concreto.
Un pueblo solar, según nuestro diseño, debe tener una cocina solar general de la comunidad, calefacción solar en las aulas, un porcentaje de cocinas solares particulares, un baño solar comunitario para que permita la ducha con agua caliente en un lugar climatizado y riego por goteo para nivel productivo, entre otras cosas. En 2010, Allianz nos viene a buscar con la idea de colaborar, y nosotros le presentamos el proyecto de pueblo solar para San Juan y Oros.
–¿Por qué se decidió por San Juan y Oros en particular?
-Porque se encontraba en un punto estratégico, en el medio de una ruta que transita el colectivo que lleva a maestros a diferentes pueblos de la zona, y eso implicaba un gran movimiento de personas para lo que es la Puna. Hacía falta entonces construir un baño, un lugar en donde se pueda vender comida, etc. Y así fue como durante cinco años nos apoyaron para completar todos los proyectos referentes a la creación de un pueblo solar.
-¿Cómo se trabaja con la comunidad?, ¿hay cierta desconfianza al principio?
-No tanto desconfianza, sino más bien desconocimiento en el sentido de no saber cómo funcionan las cosas una vez instaladas. Nosotros sabemos por nuestra experiencia en otros pueblos que se trata de un antes y un después en la vida de las personas que habitan en estos pueblos. El tema calefacción, en lugares en donde la temperatura puede llegar a 25° bajo cero, es importante porque la estufa a leña no sólo es nociva para la salud, sino que además es poco sustentable e implica un esfuerzo enorme por parte de los ciudadanos para lograr obtenerla.
-Ahora lo que sigue es un ambicioso proyecto urbano. ¿Cómo será la «Ciudad Solar»?
-Nosotros estamos tratando de cambiar paradigmas, y soñamos con que la energía solar, y otras energías renovables, se transformen en las principales fuentes de energía. Ya hay una red internacional de ciudades solares funcionando, que intentan concientizar a la sociedad sobre el uso de la energía solar a nivel urbano. En este sentido, buscamos generar ordenanzas municipales, concientizaciones, y la instalación de artefactos solares a lo largo de las ciudades. Eso es lo que le propusimos, junto con Allianz, a la ciudad de San Salvador de Jujuy. Vamos a poner calefones y cocinas solares en comedores infantiles para poder reducir el consumo de leña y gas envasado. La idea es reducir en casi un 80% el consumo de energía fósil en esas escuelas.