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viernes, marzo 29, 2024
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«Es muy fácil hacer del mundo un lugar más feliz, lo podemos lograr»

Humberto Delmagro nació en Garín. Su infancia estuvo marcada por muchas limitaciones, «sin calzado, sin juguetes, sin la posibilidad de estudiar». A partir de allí se propuso trabajar para que otros niños no tuviesen que pasar por lo que a él le había tocado vivir. Ese deseo se materializó hace 14 años con el nacimiento de la organización Luz Esperanza Pureza, dedicada a mejorar la calidad de vida de la comunidad de esa zona. Hoy Humberto se define como «el hombre más feliz de la tierra» y sin lugar a dudas muchos chicos de Garín son también muy felices gracias a él.

La organización Luz Esperanza Pureza funciona con el voluntariado de quienes allí participan. «Lo hacemos desde el corazón, desde el compromiso», sostuvo Humberto en diálogo con NOTICIAS POSITIVAS. «No contamos con fondos estatales o religiosos, no porque no los busquemos sino porque no se da. Pero así y todo demostramos que se puede, que no hace falta tener el recurso económico para hacer algo. Cuando hay coraje, valentía, audacia y compromiso se puede. Y mostramos orgullosamente al mundo que hemos mejorado la calidad de vida de la gente de la zona».

Además de ser un comedor infantil y un lugar donde las madres pueden dejar tranquilas a sus hijos mientras van a trabajar, en Luz Esperanza Pureza se desarrollan actividades de todo tipo. Desde talleres de informática, música, programas de prevención del cáncer femenino, folklore, talleres de arte, huertas comunitarias, hasta programas de prevención pediátrica, ayuda con alimentos a familias y abuelos en situación de riesgo.

Desde hace ya cinco años la organización recibe a chicos de Alemania que llegan al país para realizar acciones solidarias. Por medio de este convenio con la organización In Via Koeln e.V., jóvenes de entre 18 y 28 años arriban a Luz Esperanza Pureza, donde se quedan para colaborar por el lapso de un año. Humberto señaló que «es muy lindo y le sirve mucho a la gente de acá, pero también a ellos porque el intercambio cultural es muy fuerte y muy positivo». Los jóvenes alemanes viven en la organización y a cambio «ellos devuelven con sus conocimientos: dan clases de inglés, alemán, computación, apoyo escolar, manualidades y todas las actividades que se realizan en la organización.»

«Al principio la comunidad se mostraba incrédula –contó Humberto a NOTICIAS POSITIVAS–, pero hoy han visto el crecimiento de sus hijos, que ya hablan idiomas y pueden compartir charalas con los jóvenes alemanes. Y en los últimos tres años hemos logrado que ningún chico del barrio repita la escuela, y algunos han viajado a Alemania invitados por los chicos de allá». La integración de los jóvenes voluntarios alemanes es muy importante para toda la comunidad: «Cada vez que se van los chicos todo el barrio los va a despedir, lloramos todos, es un momento muy emotivo, y después recibimos a los nuevos».

El año de voluntariado en Luz Esperanza Pureza es muy conmovedor para los chicos que llegan de Alemania. Una vez que vuelven a su país siguen comunicados con la organización y muchos de ellos cada vez que tienen vacaciones vienen a visitar a la comunidad de la organización. «Vienen felices. Quieren tomar mate y comer asado, y para nosotros es un honor que se sientan parte de nuestra familia. Yo soy como el padre de ellos y mi mujer como la madre. Nosotros fomentamos el trabajo social partiendo desde la familia, la unión de la familia».

Las actividades relacionadas con la educación son uno de los pilares de Luz Esperanza Pureza. Humberto destacó que «tratamos de cambiar a través de la educación, porque una persona que terminó la escuela tiene la posibilidad de conseguir un mejor trabajo. Sabe que tiene que cuidarse, sabe que tiene que hacerse los controles de salud, tanto esa persona como su familia. Y una persona con educación sabe que tiene derechos y que los demás también los tienen. Al estar instruido se le hace más fácil la convivencia y puede avanzar y crecer con la familia. Nosotros tenemos un lema: un pueblo educado es libre y es feliz».

Ser felices es el deseo que mueve a la organización Luz Esperanza Pureza y para Humberto la clave es muy sencilla: «Yo te ayudo a ti y entonces tú ayudas a otros. Esa es la cadena solidaria, la cadena de favores. Y si todos implementamos eso de ayudar a los otros será la manera de hacer un mundo más feliz. Ser solidario es ponerse en el lugar del otro. El deseo es hacer un mundo más feliz y lo podemos hacer, es muy fácil».

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